sábado, 28 de febrero de 2009

La muerte no nos roba los seres queridos.

Dr. Sinitsin durante la llegada a la Isla Sibirykova, Mar de Kara, donde estuvimos durante 15 días trabajando en las investigaciones con aves migratórias.

En la ventanilla del helicóptero destinado a los trabajos de investigaciones en áreas de difícil acesso.


Dr. Maxim Sinitsin durante nuestra visita a un campamento de "Nenets", pueblo nómada del Ártico ruso.

Dr. Maxim Sinitsin es hijo de una familia de investigadores rusos. Ha estudiado durante muchos años el comportamiento del oso marrón en la taiga rusa, haciendo importantes contribuciones para la conservación del habitat de la especie. Nos hemos conocido en 1992, durante la Expedición Taymir-Siberia-Ártico organizada por la Academia Rusa de Ciencias. Dr. Maxim, con un gran conocimento de la geografia, climatología y logística era uno de los organizadores responsables de llevar a los investigadores extranjeros al Ártico, cuidando siempre de todos los detalles para que pudiesen desarrollar con seguridad las tareas de campo con aves migratórias de la Ruta del Atlántico Este que utilizan la tundra siberiana como área de reprodución.

El 11 de Mayo de 1993, con respaldo de la Academia Rusa de Ciencias, de la WWF/Arctic, del Parque Natural Wattenmeer y de los informes de diversos científicos se creó la Gran Reserva Natural del Ártico, la mayor reserva de Rusia y de toda Europa con un área total de 4.169.222 ha. El objetivo principal de la Reserva es la protección de los habitats para la reprodución de aves migrantes entre ellas el barnacla cariblanca Branta bernicla, patos salvajes y negrones y aves limícolas como chorlitejos, correlimos, agujas... El Dr. Maxim fue responsable también de llevar a cabo todo el trabajo administrativo, después de la creación de la reserva, gran parte de ello durante el Gobierno del Presidente Putin. Sus amigos más allegados dicen que durante los últimos años "Max" trabajaba como un "caballo" intentando conseguir el status de Zapovedinik para toda el área de la reserva, i.e., transformarla en área de protección restringida que debe ser mantenida para siempre como salvage. El término que definiría la Reserva en inglés sería "Great Arctic State Nature Reserve". Conociendo todo petróleo, gas y minerales que hay en la región, podemos imaginar parte de los problemas a los que "Max" se ha enfrentado.
Maxim nos ha dejado en Febrero de 2009, con sólo 51 años y víctima de un fulminante ataque cardiaco. Hemos recibido la notícia en España con gran tristeza.

Dr. Maxim Sinitisin, estamos todos eternamente agradecidos por su valentía y dedicación en la labor de defender los recursos naturales y las áreas aún salvages del Ártico, de las cuales muchos pueblos nómadas son totalmente dependientes. Maxim, nunca jamás olvidaré el viaje de 1992 en el que nos enseñastes la belleza y la fragilidad del ecosistema Ártico. España es el país europeo con mejores condiciones para las energías renovables y espero un esfuerzo político sincero y comprometido en este sector, aunque todos sabemos que ya es demasiado tarde para dar la vuelta atrás al cambio climático y evitar todos los desastres medioambientales que ya hemos empezado a vivir, sobretodo en tu querido Ártico que está literalmente derritiendose como un helado en día de sol. Maxim, nos ha enseñado que la Tierra es bella y muy frágil y nosotros sobretodo frágiles...¡ Maxim y Edith, aquí también quiero creer en los "imposibles" y pensar que tenemos un potencial infinito para los cambios necesarios.
Un millón de gracias y la muerte no os ha robado de nuestros corazones !

Inmortalizados en el recuerdo.





"La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente." Anónimo


El mensaje de hoy va dedicado a dos seres humanos extraordinarios que ya han dejado esta vida y que trabajaron con todo entusiasmo y pasión en la conservación de los hábitats antárticos y árticos, respectivamente. La Dra. Edith Fanta de la Universidade Federal do Paraná (Brasil) que nos dejó en Mayo de 2008, despúes de luchar digna y bravamente contra el cáncer y a Maxin Snitsin, investigador de la Academia Rusa de Ciencias, dedicado a la conservación del Ártico ruso y que con sólo 51 años, nos ha dejado este mes después de un ataque cardiaco fulminante.


La Dra. Edith, ha sido también mi tutora en el desarrollo de una guía para identificación de aves junto a la bióloga Oraide Maria Whoel y en un proyecto de iniciación científica sobre o comportamiento del cormorán Phalacrocorax olivaceos. Fue la profesora que escribió la carta de presentación para mi ingreso al Máster de Zoologia de la UFPR, ha sido también la persona que me presentó para un entrenamiento internacional en las Estaciones del Point Reyes Bird Observatory en Califórnia y aunque su área de especialización era la neurobiologia y el comportamiento de peces antárticos, ha conseguido mi primera especialización en ecología de aves, a través de sus contactos de Antártica con los investigadores estadunidenses Wayne y Susan Trivelpiece, ambos reconocidos mundialmente por sus destacados estudios sobre los pingüinos.


Querida amiga, fuiste una de las personas que me ha enseñado a creer en "los imposibles". Hemos estado más de quince años en continentes distintos, corriendo detrás de nuestros sueños. He guardado todas las postales de tus viajes y las que me has enviado de Antártica las tengo todas adornando mi despacho. Ya lo sabes, visitar este continente es mi asignatura pendiente. Pero, estoy luchando para poder constatar con mis cinco sentidos todas estas maravillas que me has contado y que has luchado tantos años por defenderlas. Quiero ver cómo tus "pupilos" llevan adelante tus ideas. Con tu habilidad para hablar otros idiomas, tus invaluables conocimientos científicos y tu carisma has hecho un trabajo extraordinario de más de 25 años de dedicación y has sido una entrañable embajadora de Brasil en diversas conferencias, eventos, comités y foros internacionales sobre la Antártica, dejando un verdadero "ejército de investigadores" impregnados de tus buenas ideas para la conservación de la fauna y de los hábitats antárticos.


Edith, tú continuarás viviendo en la mente y los corazones de todos los que hemos tenido el placer de disfrutar de tu compañía, tu amistad, tus ideas, tu saber hacer, tu amabilidad y sin duda tu sonrisa... la que has podido conservar en los periodos más difíciles de tu enfermedad. Has sido valiente, brillante y única y sigues aquí entre nosotros. ¡ Gracias !

martes, 24 de febrero de 2009

Una buena gestión de los bosques.


Las selvas lluviosas tropicales como la de Costa Rica, verdaderos pulmones verdes de la Tierra y refugio de miles de especies animales y vegetales, se hallan seriamente amenazadas por la tala industrial incontrolada.


Los bosques atrapan en CO2 de la atmósfera, por lo que mitigan el cambio climático. Pero este gas, principal agente del cambio, vuelve a la atmósfera cuando aquéllos son destruidos o sobreexplotados.

Como señalo Wolf Killman, secretario del Grupo Interdepartamental de Trabajo de la FAO sobre Cambio Climático, "sin duda es necesario frenar la deforestación y ampliar da superficie boscosa. Pero también es necesario sustituir los combustibles fósiles por biocombustibles elaborados con madera de bosques gestionados de forma responsable, a fin de reducir las emisiones de carbono. Además, hay que utilizar más madera para producir productos duraderos capaces de mantener el carbono fuera de la atmósfera durante períodos más largos".

Los beneficios económicos del negocio del papel y la madera impiden que se frene la desproporcionada pérdida de masa forestal, que, según la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO), hizo que entre 1960 y 1995 desapareciesen más de 500 millones de hectáreas de bosque tropical, un tercio de la extensión forestal de Asia y una quinta parte de las de África y América del Sur. La gestión sostenible de los bosques es, por lo tanto, de vital importancia, ya que éstos pueden suministrar bioenergía con un aumento nulo de CO2 atmosférico, a la vez mantienen el hábitat de las numerosas especies de flora y fuana que viven en ellos.

El cambio climático constituye también una amenaza para muchas zonas áridas y semiáridas, hábita de especies únicas, como el desierto del sur de California.


Fuente: National Geographic