viernes, 21 de agosto de 2009

Calar Alto: estaba escrito en las estrellas...


¿Quién de nosotros no ha tenido la curiosidad de mirar el cielo por la noche para apreciar el brillo de las estrellas, pedir un deseo a una estrella fugaz, hacer promesas de amor bajo la luna llena o hasta imaginar OVNIs y vida en otros planetas? Todos. Sí, todas las civilizaciones se han interesado por el cielo y el estudio de los astros.

Dentro de la civilización árabe, por ejemplo, existe una inmensa lista de grandes astrónomos que han hecho enormes contribuciones para el desarrollo de las ciencias astrofísicas. Desarrollaron tanto instrumental para la observación del cielo como cálculos matemáticos para entenderlas.

Los árabes llevaron a todas las tierras conquistadas una astronomía popular que era la mezcla de la hindú, la persa, la griega y que se mezclaba naturalmente con la de cada lugar conquistado. Alrededor del siglo IX, por ejemplo, desarrollaron el astrolabio, uno de los instrumentos básicos más importantes para los estudios astronómicos también de los siglos venideros.

El primer astrónomo original de Al-Andalus y uno de los más importantes científicos del siglo X fue Mastama ben Ahmad Al-Majiti, llamado justamente "El Euclides de España". Fundó una escuela de Astronomía y Matemáticas en Córdoba, en la que se confeccionaron las primeras tablas astronómicas de la península. Y, a las ya conocidas hasta entonces, las adaptó al meridiano de Córdoba, perfeccionando así la cartografía del cielo.

La civilización islámica necesitaba resolver de algún modo el problema de orientar exactamente hacia La Meca todas los monumentos sagrados, así como a las personas que realizaban los cultos diarios. La cartografía de los cielos surgió de esta necesidad de fijar las coordenadas de los lugares santos y dar la dirección correcta del Kaaba, el altar de La Meca hacia el cual se vuelven los musulmanes cinco veces al día para rezar sus oraciones.

En 1543, el astrónomo prusiano Nicolás Copérnico acababa de demostrar que, lejos de ser la Tierra nuestro planeta el centro inamovible del universo, como se había creído siempre, ésta se movia alrededor del Sol. No se podia saber con certeza ni siquiera dónde estábamos. Literalmente, de ser el centro del universo habíamos pasado a ser el centro de nada. De repente, nadie sabia en qué sitio estaba cada uno. Los humanos, desde luego, se quedaron sin morada cierta. Es más, muchos científicos están convencidos ahora de que existen no uno, sino varios universos.
¿ Cúal será la próxima gran revolución que nos va a desconcertar a todos, el descubrimiento científico que nos dejará sin palabra de la misma manera que Copérnico nos dejó sin un lugar seguro?

No lo sé. Pero quizás sea casi cierto que si Mastama ben Ahmad o Copérnico -dos grandes genios de la astronomia- estuviesen vivos, un sítio en que les encantaría vivir sería Almería, donde funciona el Observatorio Astronómico Calar Alto. Allí, se desarrollan importantes investigaciones en uno de los mejores puntos de todo el continente para observaciones astronomicas y que están contribuyendo a posicionar Europa en la vanguardia de la astrofísica mundial.
En esta imágen se aprecian apenas 2 de las 5 cúpulas que abrigan 4 fabulosos telescópios del Observatorio Astronómico Calar Alto, situado en una meseta de 2.158 m de altura de la Sierra de Filabres (Almería). El Observatorio es operado conjuntamente por el Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada y el Max-Planck Institut für Astronomie en Heidelberg (Alemania)y es conocido como Centro Astronómico Hispano-Alemán de Calar Alto.

Pléiades, andrómedas, meteoritos, estrellas en formación, supernovas, nuevas galaxias, planetas, año-luz... Los científicos del Observatorio, están orgullosos de esclarecer las dudas y la curiosidad tanto de los niños como de los adultos utilizando un lenguage muy accesible y didático.

"Mami Anna" y su bebé de apenas 4 meses, posiblemente uno de los visitantes más jóvenes del Observatorio.

Muy estusiasmada antes de entrar y observar por primera vez el funcionamento de un telescópio astronómico. Esta imágen ayuda a compreender proporcionalmente el tamaño de las cúpulas. Disponen de 3 telescópios con aberturas de 1,23m, 2,2m, 3,5 metros y de un telescópio Schmidt.

Aquí podemos observar la gran dimensión de toda la estructura que sostiene y guía todo el conjunto del telescópio y llega a pesar cerca de 400 toneladas (!!!). La cúpula está construida con paneles térmicos para aislar y mantener la temperatura homogénea durante el día para que cuando a la noche se abra no haya un cambio brusco de temperatura que pueda provocar turbulencias generadas por el cambio de aire interior-exterior y que perjudican las observaciones.
En el centro en color blanco vemos como un gigantesco "diafragma", muy similar al de una cámara fotográfica normal que sirve para cubrir una de la piezas más delicadas e importantes del telescópio: el espejo.

En esta imágen se aprecia la apertura del "diafragma".

Exposición total del espejo, ahora sí el telescópio está listo para empezar a recoger las "fotos" del cielo.

Gilles, un astrofísico francés, nos explica con un español estupendo la mecánica del telescopio.

En la sala de comando, aislada con doble acristalamento para que el astrónomo no pase frio, Gilles expone las funciones del programa informático que da autonomía al funcionamento del telescópio.

En la sala de control los niños han podido experimentar lo que siente un astrofísico al presionar una simple tecla del ordenador y ver cómo una pesada estrutura de cerca de 400 toneladas empieza a moverse para posicionar y orientar el telescopio.

Entre las últimas contribuciones técnico-científicas del Observatório están el seguimiento de un tipo de supernovas débiles que se producen cuando una estrella llega al final de su vida y la participación en un proyecto de la Agencia Espacial Europea para construcción del mayor espejo astronómico jamás puesto en órbita.Se trata del mayor observatorio en el continente europeo.

¡Visita altamente recomendada! Para más información clicar en el site oficial http://www.caha.es/