Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho.
Enriquece a quienes la reciben,
sin empobrecer a quien la da.
No dura más que un instante,
pero su recuerdo es a veces eterno.
Nadie es demasiado rico para prescindir de ella.
Nadie es demasiado pobre para no merecerla.
Da felicidad en el hogar y apoyo en el trabajo(...)
No se puede comprar, ni prestar, ni robar,
pues es una de esas cosas que no tiene valor
hasta el momento en que se da.
Y si alguna vez se tropieza con alguien
que no sabe dar una sonrisa más,
sea generoso, dele la suya.
Porque nadie tiene tanta necesidad de una
sonrisa como el que no puede dársela a los demás.
Mahatma Gandhi